¡Hola amigos! ¿Qué tal? quiero contaros, donde nos llevó la máquina del tiempo el sábado 27 de marzo.
Aterrizamos en el siglo XX, porque nos enteramos de que Encarni se hizo amiga de Federico García Lorca, un poeta que no tenía éxito. Encarni al enterarse de lo que le pasaba a su amigo, decide ayudarlo. El problema es que para hacerlo, Encarni ha robado los cuentos de La sirenita, La ratita presumida o El gato con botas.
Los Avinteños al enterarnos de lo que había hecho Encarni, decidimos modificar los cuentos para que a Lorca no le acusaran de plagio.
Para ello nos pusimos por equipos. Cada equipo cogió un cuento y estuvo modificando los personajes. Para que nos fuera más sencillo, los voluntarios nos enseñaron algunos personajes que habían preparado para las modificaciones como por ejemplo Gruñón el enanito de Blancanieves.
Aunque algunos equipos como por ejemplo en el que yo estuve metimos algún personaje más que se nos ocurrió, me explico, nosotros teníamos que modificar el cuento de "La ratita presumida", para ello nos inventamos el cuento de: "El cerdito cochino"
Mientras modificamos el cuento nos lo pasamos muy bien, Ya que hubo muchas risas porque se nos ocurrieron un montón de ideas locas para poner en el cuento por ejemplo que saliera Alberto Chicote o Ratatouille.
Después de modificar las historias, teníamos que representarlas. Algo con lo que también nos lo pasamos muy bien y nos echamos unas buenas risas, ya que nos tuvimos que disfrazar con cosas de casa para poder representarla.
Para que no os quedéis con la curiosidad os voy a contar la historia:
Érase una vez, un cerdito que estaba bañándose en el barro. Mientras se bañaba se encontró una moneda, como tenía hambre decidió ir al Zara Home a comprar un tenedor.
Cuando llegó a la tienda, le pidió al vendedor el mejor tenedor que tuviera. El vendedor se lo dio y al salir el cerdito buscó al mejor cocinero, para probar el tenedor.
En su búsqueda el cerdito se encontró con un montón de cocineros famosos como Ratatouille y Alberto Chicote, lo que pasa que ellos le ofrecían comida hecha con carne de cerdo y claro el cerdito les decía que lo de comerse a sus hermanos no le parecía bien. Así que siguió buscando.
De repente, se encontró con una cocinera vegetariana que le ofrecía un bocadillo de lechuga. Al ver el bocadillo, el cerdito aceptó pues no contenía nada de carne. Lo que el cerdito no sabía era que la cocinera tenía otras intenciones, pues cuando le puso el bocadillo delante se fue a la cocina a buscar un cuchillo para matarlo.
Por suerte, pasó por allí un vaquero que le salvó de las garras de la cocinera.
Y colorín colorado esta salida tan graciosa y divertida se ha acabado.
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