Hoy día 17 es el día mundial del bebe prematuro, por eso os voy a contar una historia, mi historia.
Todo empezó el lunes 22 de junio de 1992 de madrugada, mi madre que estaba embarazada de mellizos dormía con las típicas molestias que se tienen cuando estas en esa situación y llevas ya seis meses de gestación.
Hay que decir que ella tenía una lesión de corazón bastante grave, pero esa es otra historia.
De pronto le entraron ganas de ir al baño y según se levantó sintió unos chorros que caían por sus piernas. Con el susto en el cuerpo llamó a mi padre que dormía a su lado y que no se había enterado de nada.
Entre dolores y contracciones salieron camino del hospital Doce de Octubre. Al llegar a urgencias les recibieron rápidamente. A ella la pasaron a una sala para explorarla, mientras que a él, para tenerle entretenido le mandaron a hacer el papeleo.
En la sala de exploración rodearon a mi madre varios médicos y enfermeras que comprobaron que una de las bolsas estaba rota y que él bebe no dejaba de moverse y molestar al otro bebe.
Los médicos salieron a informar a mi padre y le aconsejaron que entrara a una habitación donde estaba mi madre llena de cables porque habían monitorizado a los bebes.
Al final como había mucho sufrimiento fetal decidieron hacer una cesárea de urgencia.
Mientras tanto habían puesto la epidural a mi madre. La pasaron a quirófano y procedieron a cortar. Ella dice que de lo último que se acuerda es de una amiga que hacía la residencia en el Doce de Octubre y que le cogió la mano y le dijo tranquila soy Cristina, inmediatamente sintió un dolor horrible pues estaban cortándole y no le había hecho efecto la epidural, ya no sintió más pues la durmieron.
Pasaron horas, y se despertó por la noche sedada en reanimación, mi padre la vio por una ventanita. Mientras, mi hermano y yo luchábamos por vivir. Él con peor suerte que yo, pues a los dos días murió.
Y ahí estaba yo peleando como una campeona.
Fueron casi cinco meses de hospital. Parece todo muy sencillo cuando se lo cuentas a alguien, pero era sacarse la leche, llevarla a la uvi de incubadoras, llegar y que les dieran la noticia de que había perdido peso… Yo pesé al nacer un kilo con ochenta gramos y en pocos días me quede en novecientos. Era una lotería, un día todo marchaba y al siguiente se había complicado. El problema respiratorio dio mucha guerra, un día llegó mi madre, entró en la UVI y se encontró un montón de médicos rodeando mi incubadora, pensó que me moría y lo que pasaba era que me estaban haciendo una broncoscopia. Al final todo llega y un día al llegar se encontró con la neonatologa Pilar Medina, hija del hombre del tiempo Mariano Medina, y le dijo que me sacaban a boxes de transición donde estaban las incubadoras. Ya no había tantos tubos ni aparatos, vamos, que pasé de clase.
Pasó mucho tiempo hasta que me dieron el alta y, cuando me la dieron, mis padres me llevaron a casa con todo el cuidado, pero duró poco pues volví a ingresar repetidas veces en planta, pues mis pulmones no se habían hecho en la gestación y llegué a ser una asidua del hospital Doce de Octubre.
Eso fue el inicio, ahora soy una chica de 26 años, me llamo Paloma Blanco Rico y tengo Parálisis Cerebral. He tenido que pasar por varias operaciones hasta llegar a la actualidad.
He tenido mucha suerte porque estoy en el mejor centro que es la Fundación Bobath.
No es un centro como los demás, es un centro donde todo está integrado, tengo los mejores fisioterapeutas, logopedas, terapeutas y maestras y un montón de auxiliares que me ayudan y enseñan a desenvolverme en la vida diaria, y lo más importante tengo un montón de amigos.
Gracias a la ayuda de mis padres, los profesionales de la fundación y un montón de amigos que nos rodean y, por supuesto, a mi esfuerzo y tesón, hoy puedo decir que he obtenido un título de márketing y redes sociales, tengo mi propio blog e incluso tengo experiencia laboral.
Y es que a veces los que parecen más débiles son los más fuertes.
Me encanta tu historia y la frase de cierre! Siempre una luchadora!! Muchos besos Paloma!!😘😘😘
ResponderEliminarSi la verdad es una historia muy bonita
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